He llegado a la conclusión aterradora
que yo soy el elemento decisivo en el aula.
Es mi enfoque personal
el que crea el clima.
Es mi humor diario
el que establece el clima.
Como educador, yo poseo un poder tremendo
para hacer la vida de un niño
triste o alegre.
Puedo ser una herramienta de tortura
o un instrumento de inspiración.
Puedo humillar o usar el humor,
herir o curar.
En todas las situaciones, es mi respuesta
la que decide si
una crisis se intensifica o se suaviza
y si un estudiante es humanizado o deshumanizado.
Dr. Haim Ginott
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