La crisálida de la mariposa
¿Las orugas reconocen a las mariposas como su futuro ser? ¿Las mariposas identifican a las orugas como su pasado? La fase más misteriosa del proceso de cambio de forma de esta criatura es la crisálida, el capullo verde jade en el que la crisálida que come la hoja, se transforma en una mariposa que flota y bebe el néctar.
En nuestras vidas humanas, a veces nos encontramos en el estado de crisálida. En esos momentos no tenemos mucho que ofrecer al mundo exterior, ya que, aún cuando nos damos cuenta o no, gran parte de nuestra energía se consume en una transición interna. Podemos sentirnos lentos o desinteresados en el mundo exterior. Podemos sentirnos impacientes con nosotros mismos, preguntándonos porqué no tenemos la energía que solíamos tener para nuestras rutinas habituales.
Pero si tenemos en cuenta la crisálida, el santuario oscuro, interior que proporciona el entorno para una notable conversión, podemos relajarnos y permitirnos ser nosotros mismos, encontrando formas de apoyar nuestro proceso en lugar de engañarnos para escapar del mismo.
Si usted ve una mariposa saliendo de su crisálida, la tentación puede ser ayudarla a romper el capullo y salir. Pero el desafío físico de esta parte del proceso es necesario para que la mariposa pueda construir su fuerza de modo que pueda sobrevivir fuera de la crisálida.
Lo mismo es cierto para nosotros. A veces tenemos que trabajar por nuestra cuenta para descubrir la fuerza que necesitamos para convertirnos en nuestro nuevo ser en el mundo.
Del mismo modo, al ver a amigos o familiares que luchan, es fácil ser impacientes y querer ayudarlos con su surgimiento, pero tenemos que aprender a dejar que los otros transiten su propio camino.
Asumir el reto de liberarnos, directamente nos permite prosperar en nuestra nueva libertad. A veces los mayores apoyos que podemos ofrecer a los demás y a nosotros mismos son la paciencia y la confianza serena en el proceso de desarrollo, junto con la fe que el resultado será extraordinario.
Lo mismo es cierto para nosotros. A veces tenemos que trabajar por nuestra cuenta para descubrir la fuerza que necesitamos para convertirnos en nuestro nuevo ser en el mundo.
Del mismo modo, al ver a amigos o familiares que luchan, es fácil ser impacientes y querer ayudarlos con su surgimiento, pero tenemos que aprender a dejar que los otros transiten su propio camino.
Asumir el reto de liberarnos, directamente nos permite prosperar en nuestra nueva libertad. A veces los mayores apoyos que podemos ofrecer a los demás y a nosotros mismos son la paciencia y la confianza serena en el proceso de desarrollo, junto con la fe que el resultado será extraordinario.
Dificil, pero real.
ResponderEliminarQue bueno, Claudia...
ResponderEliminarMuchas veces en la utilización de esta metáfora pensaba en el proceso que implica tolerar eso, nuestro crecimiento...paciencia..
Me encanto la sola idea de tener en cuenta el valor positivo que asignado al esfuerzo aparece en la escena de dejar que la mariposa se abra paso sola para salir a su nueva etapa....Muy bueno como siempre Clau!
Gracias.