viernes, 4 de octubre de 2013

El poder de la sonrisa verdadera

Estudios neurocientíficos han descubierto que existen dos tipos de sonrisas: una verdaderaotra falsa y la activación cerebral que producen es totalmente distinta.

La sonrisa que nace de nuestro interior, hace que se vean en nuestro rostro los estados de ánimos positivos, y  a través de estudios por imágenes del cerebro, se ha demostrado que si aprendemos a expresarla, aunque no la sintamos realmente, podemos llegar a desarrollar un estado de ánimo que se corresponda con la misma, y cambiar el rumbo cuando  las emociones negativas nos invaden.

La primera de estos dos tipos de sonrisas, llamada “sonrisa de Duchenne” (en honor a su descubridor, Guillaume Duchenne) es genuina. La comisura de los labios se levanta y la piel del contorno de los ojos se arruga (como las patas de gallo). Resulta extremadamente difícil controlar de forma voluntaria los músculos encargados de dichos movimientos: el orbicularis oculi (alrededor de los ojos) y el zygomaticus mayor (desde las mejillas a esquina de labios).

La otra sonrisa denominada “sonrisa PanAm” (en honor a las azafatas de los anuncios televisivos de la ya desaparecida aerolínea) o “sonrisa profesional” es fingida y no presenta ninguno de los rasgos de la de Duchenne.

                     Sonrisa PanAm          Sonrisa de Duchenne

Según las observaciones de Duchenne, la contracción del músculo orbicular del ojo no se hallaba bajo el control voluntario, sino que sólo se activaba, cuando la persona estaba  experimentando verdadera alegría.

Muchos años después, dos neurocientíficos, los Dres. Richard Davinson  y Paul Ekman, demostraron que las sonrisas falsa y verdadera, eran la consecuencia de dos distintos patrones de actividad del cerebro, destacando que la sonrisa verdadera siempre traía aparejada la contracción del músculo orbicular del ojo, tal cual lo había subrayado Duchenne.
  
Pero lo más sorprendente, es que también observaron que la contracción voluntaria de dicho músculo, producía una mayor actividad del girus frontal izquierdo intermedio, un área que, según los investigadores, es uno de los  asientos de las emociones positivas.

Cuando el girus frontal izquierdo intermedio se activa, la persona manifiesta signos evidentes de sentimientos positivos, como el entusiasmo, el optimismo y la alegría.

A partir de este dato, se puede deducir que todos los seres humanos tenemos un pulsador (el músculo orbicular de los ojos), que nos permite activar, conscientemente, el área cerebral que nos lleva a sentirnos de buen ánimo.

Y como disparador de emociones positivas, la sonrisa es una herramienta a tener en cuenta si deseamos controlar o inhibir emociones negativas, como la ira, la tristeza o el miedo, porque no es posible transitar dos estados emocionales opuestos al mismo tiempo.

         Este es un ejemplo de cómo las neurociencias y la neurosicoeducación pueden contribuir y proporcionar al hombre moderno, nuevas y sencillas maneras de mejorar su calidad de vida.
Todos sabemos que sonreír es algo bueno, pero hoy podemos conocer qué produce en nuestro cerebro, y por lo tanto, si lo deseamos, ponerla en práctica, recordando contraer el músculo orbicular de los ojos.

 Y de ahora en más no lo dudes: 
¡SONREÍ CADA VEZ QUE PUEDAS!


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