domingo, 30 de marzo de 2014

Saborear la vida

La velocidad vertiginosa de la vida moderna y nuestra preocupación extrema por el futuro pueden acecharnos y empobrecer el presente.
Casi todos los avances tecnológicos nos permiten realizar más tareas y con mayor rapidez.  La ventaja de ahorrar tiempo va de la mano con el gran valor que le damos a ser previsores para el futuro.  Esta “virtud” puede ser tan agresiva que incluso en la conversación más irrelevante somos capaces de no estar escuchando sino planificando una respuesta ingeniosa.
Ahorrando tiempo (¿para qué?) y planificando el futuro (que llegó ayer pero que en realidad no llega nunca) perdemos las amplias posibilidades del presente.
Saborear o disfrutar la vida es la conciencia del placer y la atención consciente y deliberada ante la experiencia de éste.

Cinco técnicas que favorecen el disfrute o saboreo:
  • Compartir con otras personas: buscar otras personas con las que compartir la          experiencia y a quienes contarles el valor que le otorgamos a ese momento.
  • Guardarlo en la memoria: tomar una fotografía mental o llevarse algún recuerdo físico del evento y evocarlo más adelante.
  • Autoelogio: no temer al orgullo.  Recordar el tiempo que esperamos por este momento y felicitarnos por habernos entrenado para poder hacerlo.
  • Agudizar la percepción: centrar nuestra atención en los elementos que elegimos y omitir los demás.  Por ejemplo, al escuchar una música cerrar los ojos y así agudizar nuestro sentido del oído.
  • Ensimismamiento: permanecer completamente absorto y tratar de no pensar, sino solo sentir. No pensar en lo que se debería hacer, qué ocurrirá a continuación o tratar de mejorar el momento.  Solo vivirlo. Dejar fluir.


   El saborear o disfrutar la vida es transitarla con la mayor fluidez posible,  no son  las metas o los logros solamente.  Tratemos de saborear el antes , el durante y el después de los mismos. Unicamente así, podremos encontrar el sentido mismo de la vida.

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